Radio Kumbe Colombia

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Por: Eliana Valencia (Twitter: @mauryeliana)

En el marco de la XIV versión del “Hay Festival”, el exclusivo evento que reúne lo mejor de la literatura a nivel local e internacional en Cartagena; el Ministerio de Cultura y el equipo logístico del Festival llevaron a la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie al barrio “Nelson Mandela” ubicado en uno de los sectores más deprimidos del Distrito turístico y cultural.

Durante el evento, se vivieron varios momentos de euforia, risas y reflexión provocados por las palabras de la novelista. Sin embargo, el público también pasó por un momento desagradable cuando la  ministra de cultura, Carmen Inés Vásquez, anunció al final del conversatorio el lanzamiento de un programa de apoyo para 30 escritoras afrocolombianas.

Fue así como, al instante de la ministra mencionar al presidente Iván Duque y sus proyectos futuros, el público alzó la voz en señal de rechazo. En medio de los abucheos, los gritos de Glenda Palacios, lideresa social del departamento de Antioquia, resonaron: “¡STOP KILLING BLACK PEOPLE, PAREN DE MATAR GENTE NEGRA, GOBIERNO NO NOS MATEN MÁS!”.

Tal fue la tensión, que de manera apresurada la ministra invitó a la tarima a las 30 escritoras invitadas para una foto protocolaria y así dar fin al evento, sin dejar siquiera que Chimamanda se despidiera de los asistentes. Incluso, los niños y las niñas del grupo de danzas invitados para el cierre quedaron vestidos y  alborotados.

Como dato adicional, se puede observar en el vídeo que mientras el traductor intentaba de manera apresurada contarle a Chimamanda los planes de la ministra y los elogios al gobierno; al parecer ella estaba interesada en saber lo que Glenda estaba diciendo.

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 Por: Laura Valentina Rojas (Twitter: @LalyXXI)

El pasado jueves 31 de enero se llevó a cabo el encuentro de la Comisión de la Verdad de la República de Mali y procesos organizativos afrocolombianos. En el diálogo estaban presentes organizaciones como la CNOA (Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas) y el PCN (Proceso de Comunidades Negras).

El diálogo fue gestionado por el CONPA ( Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano) y el PCN, a través de su vocera en el tema de paz, que integra la Instancia Étnica de Alto nivel de la CSIVI (Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final). En el encuentro se abordaron temas como la misión y visión de la Comisiones de la Verdad de la República de Mali y de la República de Colombia, en un ejercicio de intercambio de experiencias del cual nacieron algunas recomendaciones con el fin de potenciar la paz en las dos naciones.

La Comisión de la Verdad de la República de Mali, expresó que si bien las situaciones del marco del conflicto son similares, tienen puntos diferenciados, tales como: las condiciones  geográficas en las cuales se ha llevado el conflicto y la voluntad política del gobierno de Mali. Esta comisión resaltó la importancia que representa la garantía—que todas las partes del conflicto se encuentren representadas en la comisión de la verdad—, debido a que nadie puede exponer mejor las preocupaciones frente a la guerra que las personas que han tenido contacto directo con la misma.

Por su parte, las organizaciones afrocolombianas, expresaron su preocupación por asuntos como: el latente racismo institucional representado en omisiones estatales como la inexistencia de un fondo para comunidades negras, similar a el fondo indígena, el cual sí está estipulado en el capítulo de tierras del reciente tratado de paz. Habría que mencionar además, la intervención forzosa antinarcótica en los territorios ancestrales, la afectación del arraigo cultural generado por el conflicto, entre otras realidades territoriales. En definitiva aunque se reconoce a la comunidad afro en el marco del conflicto y en los acuerdos, no hay hasta el momento acciones políticas coherentes con ese reconocimiento normativo. Se espera que a partir de este encuentro ambas comisiones sigan teniendo contacto permanente y así realimentar la implementación de los tratados de paz en ambos países.

Por: Felipe Granja (Twitter: @felipemakini)
A pesar de la insistencia de los medios colombianos en profundizar en las problemáticas de Venezuela, volcamos la mirada para hablar de lo que está pasando en el primer país de América que logró su independencia de la colonia europea, Haití. El pueblo haitiano se encuentra desde el 7 de febrero en un proceso de movilización ciudadana, que ha dejado hasta el momento  nueve muertos, las protestas se dan a causa de dos factores fundamentales, según analistas políticos como Celicourt, una de ellas es el empobrecimiento sistemático al que se ha venido sometido el pueblo Haitiano y la inconformidad por la permanencia en en el poder del presidente Jovenel Moise, por otro lado está el gran descontento que dejó el descubrimiento del desfalco financiero que existía en la llamada Alianza Petrocaribe, creada precisamente para mejorar la situación de varios países caribeños entre esos Haití, teniendo en cuenta las problemáticas del pueblo haitiano que se enmarcan en el éxodo migratorio, represión estatal, ausencia de democracia y el racismo institucional.

Los movimientos y partidos de oposición siguen convocando a la movilización ciudadana, mientras que la OEA y los países como Francia, Brasil, Alemania y Canadá firmaron una carta apoyando el gobierno de Moise, algunos líderes de la ciudadanía de Puerto Príncipe, principal foco de las protestas, manifiestan que los desfalcos representan una traición a Venezuela, país con el que el pueblo de Haití ha mantenido vínculos históricos de cooperación con su gobierno.

Pancartas con avisos que dicen “Merecemos vivir como personas”, “Fuera Moise” demuestran el descontento popular de miles de Dessalines queriendo, volver a saborear el triunfo de la negritud, como en 1804, poniéndolo en palabras del poeta Martiniqueño Aime Cessarie

Por: Valentina Arango

El 17 de febrero diversos movimientos sociales se tomaron el estacionamiento del supermercado Extra en Río de Janeiro para manifestarse por la muerte de Pedro Gonzaga, un joven negro de 19 años estrangulado por un guarda de seguridad el día viernes 15 de febrero.

Tal acto, todavía impune, reanudó el eterno debate. En Brasil, cada 23 minutos muere un joven negro. Este genocidio de la gente negra está más que comprobado por datos estadísticos concretos. De acuerdo a un informe de la Organización Mundial de las Naciones Unidas, en el 2018, el asesinato a personas negras en el país incrementó un 40, 2% y, coincidencialmente, el de personas blancas disminuyó a un 16%.

En redes sociales, este asesinato fue relacionado con el de Eric Garner que, en 2014, fue brutalmente estrangulado en Nueva York por un policía. Activistas como David Miranda concluyen que aunque Pedro Gonzaga y Eric Garner vivieran en países diferentes, tenían una cosa en común, eran la carne más barata del mercado. Y, ¿a qué se refieren los y las activistas cuando mencionan que la gente negra es la carne más barata del mercado? Se los explicaré.

EUA, 2014 – Brasil, 2019
A la izquierda Eric Garner  de 43 años y a la derecha , Pedro Gonzaga, joven de 19 años,

En Brasil, al igual que en Estados Unidos y Colombia, se crean las condiciones para exterminar los personas que tienen determinadas características. Según Robson Lima, miembro de una consultoría privada de seguridad en Río de Janeiro, a quienes son aprendices de seguridad se les enseña a identificar potenciales criminales y sus motivaciones. Robson califica esto como “uma adroctrinação de racismo estrutural”. Lo anterior, se ve legitimado por los medios de comunicación, aparatos que reproducen sentidos, cuando muestran diariamente noticias anunciando la muerte de un hombre negro y, no contentos con eso, producen novelas y películas en las que el negro frecuenta el papel de ladrón.

Al final, todo eso le permite al espectador perder la sensibilidad, construir un estereotipo racial y pasar a defender la pena de muerte para negros.

Bajo esta lógica, la ecuación está más que resuelta. La carne negra es más barata porque siempre las vidas negras serán sospechosas y, por ende, descartadas. Al parecer, sea donde sea que un negro esté presente, no va poder ir ni al supermercado.

Por: Felipe Granja (Twitter: @FelipeMakini)

De los cientos de memes respecto a la multa impuesta a un ciudadano por la compra de una empanada, esta nota no hará referencia literal a los procesos de apropiación del capitalismo en los espacios públicos. No obstante, nos preguntamos ¿qué pasa con el espacio urbano , la gente negra y la construcción de ciudad?

Lo que sí es cierto es que en esta ciudad neoliberal con toda su erosión del suelo y la coptación de este, sea público o no, la disputa del espacio público con espacios comunitarios desde nuestra cosmovisión y prácticas, hacen parte del histórico ejercicio de resistencia como comunidades negras en la tenacidad del escenario citadino.

En una ciudad que bajo el discurso de la democratización busca la homogeneización de los espacios públicos, para así evitar cualquier índice de conflicto que no altere su planificación en pro de la acumulación de capital, la pregunta sería ¿Cuáles son los escenarios de participación de la comunidad negra residente en las ciudades? Específicamente en la construcción de los POT (Planes de Ordenamiento Territorial), es una pregunta para hacernos y reflexionar, así mismo cual es el papel en la lucha social de la negritud citadina, que al contrario de la estereotipación de la que se han encargado varios académicos también construyen y ejercen mecanismos comunitarios y territoriales en las ciudades.

Es precisamente ahí, cuando entramos en un ejercicio de disputa con la planificación blanca y lo que el alcalde Enrique Peñalosa de Bogotá viene llamando “las ciudades avanzadas”. Esa ciudad avanzada que se pelea constantemente con el traslado de nuestras fiestas patronales, que más allá de la jocosidad llevarlas a cabo en un entorno urbano, hacen parte de un ejercicio de territorialización, son parte de una apuesta política por posicionar nuestras prácticas y creencias; ejercicios como el compadrazgo, la familiaridad extensa y extendida, las prácticas mágico-religiosas y las formas asociativas de producción, siguen manejando una relación estrecha con el Pacífico o el Atlántico, son en escencia, mecanismos que ejercemos desde nuestro ejercicio ancestral que se niega a aceptar la lógica de las inmobiliarias.

En relación a esto, la Brasileña Teresa Caldeira les llama enclaves fortificados que no son más que fortines inmobiliarios que generan más individualidad en la ciudad y acaban con cualquier ejercicio de comunidad, sumándole su arquitectura insuficiente para solventar las necesidades de lo que se conoce como la familia convencional. (Caldeira, 2007)

Por otro lado, no solo como reflexión hay que pensarse ¿Cuál es la ciudad que quieren los colombianos y que beneficia la negritud? de la misma manera replantear ¿Si los movimientos urbanos como hablan del derecho a la ciudad? Como lo hace el movimiento “Sin techo” de Brasil y algunos urbanistas en México y Latinoamérica. Por otro lado, también ¿Por qué no pensar un derecho a la ciudad afrodescendiente contemplado desde la reparación histórica? ¿Por qué no analizar procesos de organización territorial en lo urbano? ¡Claro! es evidente que todos estos cuestionamientos trascienden los espacios actuales de la institucionalidad y la cual es saludo a la bandera llamada “multicultural” de las alcaldías de turno.

#KumbeOpina

Fortalecidos y en unidad, finalizo la IV Asamblea de la Comisión Étnica Para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, con importantes avances que marcarán la ruta de trabajo conjunto entre pueblos indígenas y negros en Colombia, para hacerle frente a la actual situación que viven nuestras comunidades a lo largo y ancho del país.

A continuación: Mandato 002 por el cual se asumen decisiones étnicas contra la desarmonización y el desequilibrio social en Colombia y se crean los lineamientos para el diseño, la implementación y monitoreo del sistema de autoprotección de pueblos y comunidades étnicas; Declaración Política III, Reporte Ejecutivo e Informe de Cumplimiento del Capítulo Étnico en el marco de la Implementación del Acuerdo Final de Paz en Colombia”; Transmisión de la Rueda de Prensa y el Registro Fotográfico de la IV Asamblea:

Suenan los pitos del primero de enero y en Barranquilla empieza la gozadera del Carnaval, pero es oficial cuando la reina del año hace la lectura del bando en la que “declara, ordena, dispone y manda que barranquillero que se respete a disfrutar de estos carnavales sanamente”. Y es definitivo, empieza una de las fiestas más grandes del país: alborota el cuerpo y espantos, se hace un reguero de maicena y la gente se siente libre para vestirse y bailar como se les venga en gana.

Del Carnaval de Barranquilla se dice que tiene antecedentes en las celebraciones de la novena de La Candelaria en Cartagena del siglo XVIII, cuando los africanos esclavizados recién llegados a América (también llamados bozales), salían a las calles vestidos de colores, danzando y cantando. Precisamente de esta fiesta, se constituye una de las danzas principales: el Son de Negro.

¿Ya sabes cuál es? La danza en la que mujeres llevan blusas coloridas, faldas largas y un solo contoneo de caderas para coquetear a la pareja. El hombre, por su parte, está pintado de una grasa negra, con el torso descubierto, un sombrero ancho adornado de flores, un pantalón pescador, abarcas, con la lengua y labios rojísimos, sumados de gesticulaciones faciales y corporales exageradas.

Divertido ver esa gente pintada mofándose ante la multitud, ¿no? Entonces dirán: ¿Por qué a la comunidad negra le molesta tanto esta danza tradicional? ¿Qué pasa con ese resentimiento, si el carnaval es para pasarla chévere? Otros más leídos en el asunto dirán que es una danza con la que los africanos esclavizados se burlaban de los españoles, es más, deberíamos estar orgullosos de preservarla como a la Negrita Puloy, uno de los disfraces más antiguos del Carnaval. Este personaje también resulta molesto, ya que representa a la esclavizada alegre que obedece a su amo. Sin embargo, este texto se centra en el Son de Negro, porque el disfraz de la Negrita Puloy es claramente un insulto, el otro se le ha tomado como una forma de representar la rebeldía de nuestros ancestros desde el humor y el baile por parte de personas que no tienen conciencia histórica de lo negro.

Mira que la historia como nos fue contada es una mentira o es vergonzosa. Pero si hay algo para resaltar, se distorsiona para convertir al Son de Negro, que nace del sentir de los palenques y los pueblos asentados a las orillas del Canal del Dique, entre los departamentos de Atlántico y Bolívar, en una práctica del BlackFace con comparsa incluida. De Santa Lucía, Arenal, Soplaviento y Malagana hasta Barranquilla es el recorrido de Son de Negro y a partir de 1920, se consolida como una agrupación de campesinos y pescadores, para terminar como uno de los tantos BlackFace que se ven en el carnaval.

La cosa es que no hay nada de reivindicativo cuando la gente blanca o mestiza, en la supuesta pretensión de “exaltar” lo negro, continúan situándonos como objeto de burla. Si esta es una danza en la que africanos solían burlarse de los esclavizadores españoles, ¿en qué momento se convirtió en una caricatura sobre la gente negra? De esta forma: como un mero espectáculo y una mofa, desde todos los aspectos y no solo en una comparsa, es como se le ha representado a la comunidad negra de este país históricamente.

Por: Lauren Ortíz (Twiter: @LaurenOrtizR)

En la madrugada del martes 29 de enero el actor y cantante Jussie Smollett, quien interpreta a Jamal Lyon en la exitosa serie de la cadena FOX Empire, fue atacado en la ciudad de Chicago. A su salida de una cena con unos amigos, dos sujetos encapuchados se le acercaron con insultos racistas y homofóbicos para llamar su atención, al darse la vuelta este fue atacado; le arrojaron una sustancia química, le ataron una zoga al cuello y lo golpearon dejándolo con una costilla rota.

La policía de Chicago ha catalogado el ataque como un crimen de odio y se investiga la relación del hecho con una carta anónima que llegó a los estudios de la cadena FOX en Chicago la cual contenía insultos racistas y homofóbicos y adicionalmente amenazas de muerte contra el actor.

Testigos también afirman que los atacantes repetían el eslogan de campaña del presidente Donald Trump “Make America great again”. Smollett llego al hospital por sus propios medios y ya fue dado de alta.

#KumbeInforma #EseTalRacismoNoExiste #SomosKumbe

Líderes de organizaciones sociales del municipio de Río Sucio, en el departamento del Chocó denuncian el asesinato de dos jóvenes universitarios; Pedro Moreno y Yuber Córdoba, de 20 años de edad, quienes fueron asesinados con arma de fuego el pasado 13 de enero.

Se conoce que los jóvenes habían reportado amenazas constantes por parte de Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, sin embargo, no se tomaron las medidas pertinentes para el caso. Se conoce que al menos 4 personas más han sido asesinadas en lo que va corrido del año en circunstancias similares.

Además de estos hechos, la ciudadanía y las organizaciones sociales del departamento denuncian negligencia por parte de la Policía y el Ejército Nacional, además, constantes violaciones de Derechos Humanos y desplazamiento forzado.

La violencia está causando la muerte de jóvenes sin justificación alguna, la comunidad y los denunciantes solicitan atención urgente por parte del Gobierno para brindar mayor protección a la comunidad, dada la presión violenta que están ejerciendo los grupos armados ilegales en la región del Bajo Atrato Chocoano.

#NiUnMuertoMas #AdelantePorLaPaz #SomosKumbe

Este panfleto, que circula por redes sociales, menciona con nombre propio y ubicación a varios líderes sociales del norte del Cauca y los declara objetivo militar del Bloque Capital de las Águilas Negras; diciendo que: “Los encontraremos y los descuartizaremos para que los demás de sus organizaciones cojan escarmiento y dejen de estar retrasando el desarrollo del cauca, no jodan con consultas previas eso pa’que, manada de hijueputas que les quede claro que este 2019 será más sangriento para todos los que se hacen llamar líderes y defensores de derechos humanos”

Teniendo en cuenta la preocupante situación en la que se encuentran los líderes sociales en Colombia, se solicita por parte de las organizaciones que el Gobierno Nacional aumente sus esfuerzos para proteger la vida de los defensores.

En lo que va corrido del Gobierno de Iván Duque van 119 líderes sociales asesinados, y desde la firma del acuerdo la cifra se va acercando a los 400. Hasta ahora, ni la Fiscalía ni el Ministerio del Interior han reconocido la sistematicidad de los asesinatos.

La consulta previa y la defensa de los territorios no pueden ser motivos de amenaza para la comunidad étnica, solicitamos atención y acción oportuna a las autoridades y entidades pertinentes para evitar más afectaciones del conflicto armado sobre la población afrocolombiana.

#AdelantePorLaPaz #NiUnMuertoMás